Donde está tu destino. Luis Anguita Juega



Descendí porque, como siempre, cumplía con mis obligaciones y los deberes que se me imponían.
Ese era mi destino.
No tenía otro lugar para ir. Me bajaría y me enterraría en una vida sin aliciente.
Volvería a obedecer como había hecho siempre. (...)

Ahora sabía a dónde me dirigía y, sobre todo, tenía claro dónde no quería estar.


Comentarios

  1. Muchísimas gracias por esta entrada en tu blog, que fragmento más precioso has escogido.

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