Había un cedro enorme cuyas ramas caían en
cascada hacia el suelo como un gigantesco miriñaque, dos o tres robles imponentes,
tres hayas rojas y un precioso castaño de Indias que ofrecía sin excesivo entusiasmo
su segunda floración. A la derecha dos niñas correteaban entre las ramas de un sauce
llorón, chillando y riendo. Me las quedé mirando…


Comentarios

  1. Recuerdo que junto a la casa donde crecí había un viejo sauce llorón y todos jugábamos alrededor de él... Un maullido.

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  2. El sauce llorón siempre ha sido un árbol muy especial en mi vida ...dan ganas de sentarse baja él y apoyar la espalda en el tronco....rumor lejano del agua correr..

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