La oscuridad iba cayendo desde el cielo. Abajo, algunas luces empezaban a encenderse, luces de casas en las que tal vez una mujer amaría aquella noche a un hombre, después de tantos años deseándolo. Lo amaría temblando, muerta de miedo y de ansia, como si eso fuera a cambiar su vida para siempre. Como si amase la propia sombra de su deseo.

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